El sexting es una práctica muy peligrosa que cada vez está más de moda, sobre todo entre el público adolescente. El sexting consiste en tomarse fotografías o realizar vídeos con contenido sexual o erótico mediante las nuevas tecnologías para compartirlo con amigos íntimos o pareja.
El problema es que cuando el remitente envía las imágenes se expone a que el receptor haga con ellos lo que quiera y pierde el control del contenido completamente y se difundan masivamente estos contenidos. Puede ocurrir sin mala intención, ya que a veces para mostrar a los amigos un/a novio/a, coqueteo y lucirl@ pues envía una foto que se supone que no deberían enviar, extendiéndose la imagen cada vez entre más gente y llegando a personas para las que no fue tomada.
Esto expone al creador de los contenidos a graves riesgos, pues además de hacerse públicas imágenes que no deberían serlo, pueden ser víctimas de delitos mayores, extorsiones y chantajes.
A pesar de ello, los casos de sexting aumentan cada año, al igual que las denuncias policiales y los casos de sextorsión con los que algunos pedófilos intentan aprovecharse de la vulnerabilidad de los más jóvenes. Y como habrás visto antes, no sólo los menores están expuestos a estas prácticas, los adultos también tienen que controlar qué imágenes se toman y cómo las distribuyen.
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